La Feria de Xalapa

La mayoría de nosotros al pensar en la palabra “feria” nuestra mente rápidamente recrea imágenes de juegos mecánicos, puestos de chucherías o alimentos y juegos de azar, pese a ello los orígenes de las ferias tienen un tinte cultural y económico de gran fuerza.

Hace muchos años, las ferias en el país promovieron la actividad comercial y económica, apoyando el crecimiento de pequeñas poblaciones. Nuestra bella Xalapa fue parte de este movimiento que se desarrollo en diversas partes del país, el siguiente texto ilustra más al respecto:

La primera feria

Cuando esta ciudad Xalapa tuvo una importante actividad económica, no solo benefició el aspecto material de la población, sino a los cambios urbanos, culturales, de costumbres, étnicos, entre otros. Estos sucedieron tan repentinamente que el lugar debió acomodarse a las transformaciones, sin planificaciones previas. Así en 1719, el caserío humilde esparcido sin organización por los cuatro barrios originarios, de pronto se vio unido con nuevas casas, bodegas, hostales, establos y sobre todo, con locales adicionados específicamente para el nuevo comportamiento de los xalapeños: el comercio.

Casi diez años separaron la primera feria de la segunda. Pero fue en la inaugural cuando Xalapa adquirió verdaderamente una fisionomía de ciudad y un movimiento de transacciones, a la manera de los bazares orientales, tan presentes en la literatura.

Se afirma que este espectáculo era casi mágico, en donde se daban cita traficantes, marineros, vendedores de ganado, comerciantes de productos indígenas, europeos y persas, malabaristas, damas de la vida galante, etc.

Desde el rey hasta el indígena más pobre, pero aspirantes a enriquecerse, montaban sus negocios con recursos más atractivos.

Citamos, para una idea visual del lector lo que estas ferias comerciaban: “La carga que estas flotas traían para la Feria eran mercancías por cuenta del Rey o bien particulares, compuesta por los más variados efectos de ferretería, mercería, quincallería, lencería, comestibles y objetos de lujo; y cuando los fardos eran abiertos, se expedían bigornias para herrerías… limas, gubias, yunques… candeleros, navajas, tijeras, cuchillos, peines, botones, barajas, pasas, alcaparras, almendras, aceitunas, avellanas, sardinas, arenques, jamones, chorizos de roja y excitante chazina… licores, vinos jerezanos y de Málaga, azulejos de Talavera, aguas de Colonia… lienzos de Flandes… sargas de lana… encajes de blonda francesa entre muchas mercaderías.[i]

Se dice que esta feria se realizaba donde hoy se encuentra el mercado Jauregui, sitio conocido en aquel entonces como “Plaza del Rey”. A pesar de la importancia de estos eventos y su relevancia económica dejaron de realizarse en 1788, debido a debilidades en la distribución y producción, ocasionadas por diversos fraudes e incluso piratería que frenaba la llegada de productos a las costas veracruzanas. El total de ferias organizadas fue de dieciséis.

[i] Espejo, A. (2011). Sonido del agua y la arena. 3rd ed. Xalapa, Ver., Mex.: H. Ayuntamiento de Xalapa, Ver., pp.72, 73.

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