Xalapa, con “J” o con “X”

Como xalapeño sabemos lo que se siente cuando alguien escribe el nombre de nuestra ciudad con “j” y sí, lo consideramos una ofensa y muestra falta de conocimiento sobre nuestra costumbre.

Sin embargo, hay todo un dilema alrededor de cómo se debe escribir correctamente y para ello hablaremos sobre el artículo “Jalapa con equis (x) o con jota (j)” (1979), escrito por Aureliano Hernández Palacios, escritor veracruzano.

En este artículo da un contexto histórico sobre las primeras referencias de nuestra población en la época de la conquista y menciona que la opinión sobre cómo escribirla está dividida. Por ejemplo, para Azcoitia, se debe escribir con «x» por razones etimológicas, pero dice Hernández que su error es que al pronunciar el nombre hace uso del valor fonético de la «j».

Azcoitia acepta su error, y por ello acepta que se escriba con «x» pero entonces, que por las mismas razones, se pronuncie “Chalapa”, con un sonido suave a la “ch” como lo hacen los franceses, pues los mexicanos así pronunciaban el nombre de esta ciudad y como la «x» española de siglo XVI tenía un valor fonético, de ahí que los frailes y cronistas la usaran para escribir este nombre de acuerdo a la pronunciación que escuchaban.

Cuando llegaron los españoles, los nahuas no habían llegado al fonetismo, representaban estos nombres con pinturas y jerogríflicos; el de Xalapa era ideográfico y representaba un río de arena con el signo de alt, “agua”; y quería decir: Xalli, “arena”; atl, “agua”; pan, enclítico locativo, lugar de, en, sobre, es decir: «en el agua arenosa» o «en el lugar del agua arenosa».

Esa denominación de Xalli o Xalla se encuentra en otros nombres como Xalacingo, Xalla, Xamapa, Xaltipan, Xaletl, Xilotepec, Xilotl, Xochimilco, Xaltocan, etc., y se pronunciaban estos nombres con un sonido semejante al de la «sh» inglesa o «ch» francesa y para escribirlo los españoles usaron la «x», cuyo sonido, en el siglo XVI, equivalía al pronunciado de los indios.

Como dice el escritor veracruzano, el sistema fonético de todo idioma está siempre sujeto al cambio y a transformaciones de sus sonidos y eso fue lo que paso con la «x» con el paso del tiempo: del «ch» suave pasó al de la «ch» fuerte, por lo que muchas voces cambiaron la «x» en «ch» como charol, chaqueta, y como después su sonido se trasladó al gutural de la «j», como jeringa, jícara y se generalizó aún más a mediados del siglo VXII, tal cosa determinó la conmutación de la «x» de muchas palabras en «j».

Explica el escritor que esos cambios de sonido, sumado a la influencia que el castellano determinó en las variaciones de muchas palabras mexicanas, ha causado entre nosotros “una cierta anarquía ortográfica basada en una inconsecuencia fonética que debe desaparecer para bien de nuestra lengua, pues inconsecuentemente es escribir Xalapa y pronuncia Jalapa, así como pasó como Jalacingo, Jilotepec; o como se dice Xochimilco, Xochitl, Xochicalco, etc.

Asegura que a su criterio, “es inadmisible e inconsecuente, máxime con el sonido doble de «cs» (examen) y «sk» (Tlaxcala) que hoy tiene la «x», pues no descansa en ninguna tradición arcaica y por ende anacrónica e incorrectamente gramaticalmente hablando y la persistencia de su uso indebido carece de todo fundamento.

¿Y usted qué opina, es verdad que se trata de una anarquía ortográfica?

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