Cerca del Centro Histórico de Xalapa crece una planta comestible, antiguamente esta crecía cerca de una charca formada por las corrientes de las aguas que descendían de los montes que la rodeaban (localizados en las actuales calles Miguel Hidalgo y Diego Leño). Al principio el lugar sirvió como potrero y plaza de armas. Hasta finales del siglo XIX era una zona insalubre y pantanosa en temporadas de lluvias, que se llegó a usar ocasionalmente para carreras de caballos.

El parque fue destinado para este uso desde tiempos del Virreinato de Nueva España. Fue en este sitio aproximadamente en abril de 1847 donde soldados del ejército invasor estadounidense jugaron el primer juego de béisbol en México, del que se encuentre registro, en el cual tuvo como peculiaridad que se tomo como bat de juego, la protesis de la pierna («pata de palo») de Antonio López de Santa Anna al cual habían capturado días antes en la Batalla de Cerro Gordo

Lo que hoy se conoce como El Parque Miguel Hidalgo se construyó durante el gobierno de Juan de la Luz Enríquez. En 1911 fué ampliado por el gobernador León Aillaud. En 1953, en su entrada, se instaló una estatua de Miguel Hidalgo y Costilla; también se colocaron una más en memoria del poeta Salvador Díaz Mirón (quién habitó en la Quinta Rosa, enfrente del parque sobre la calle Hidalgo) y otra de la poetisa tlacotalpeña Josefa Murillo.

Una de las historias que rodean a este parque es donde cuentan que una vez un labrador llegó enfermo del hígado, con la esperanza de que «El Físico» lo aliviara. Este, al verlo, solo le dijo: «Vaya y coma basta bastantes berros de los pantanos.» Después de señalar hacia el sur de la ciudad, se metió dando un portazo. Cabizbajo y con poca fé, el señor hizo caso a las palabras del hosco y solitario galeno.En poco tiempo, el paciente se recuperó totalmente. Desde entonces, la gente comenzó a llamar al lugar de distintas maneras, según avanzaba el crecimiento de la población: Pantano de Los Berros, Laguna de Los Berros, Paseo de Los Berros y Parque de Los Berros.

No solo este relato está adherido al parque pues tambien en esos dias de lluvia y neblina clasicos de la ciudad, el ambiente perfecto para la aparicion de los fantasmas del parque, además que a pocos metros tambien encuentras el conocido «Callejón de la Calavera» Dos leyendas conocidas de esta parte del centro histórico de xalapa